En el corazón de las Rías Baixas, en la subregión del Condado de Tea, se alza Adega Pazos de Lusco: una bodega que encarna la esencia del Albariño más puro. Rodeada de suaves colinas y suelos arenosos enriquecidos con arcilla, caliza y granito, esta tierra única da vida a vinos frescos, minerales y profundamente expresivos. Aquí, donde el clima atlántico cálido abraza los viñedos, se cultiva exclusivamente Albariño, sin mezclas, siguiendo métodos ancestrales que respetan el carácter del terruño y la tradición vitivinícola gallega.

El estilo de Pazos de Lusco nace del equilibrio entre lo antiguo y lo contemporáneo. La bodega ha sido diseñada para preservar esa autenticidad con los más altos estándares de calidad, incorporando tecnología puntera y un parque de barricas seleccionadas de las mejores tonelerías francesas, donde se afinan los vinos más singulares de la casa. Todo el proceso se realiza con un profundo respeto por la materia prima, buscando siempre reflejar la identidad del paisaje, la personalidad vibrante del Albariño y la elegancia natural que define a esta variedad.

Cada botella es un reflejo del entorno, del tiempo y del trabajo cuidado de quienes conocen esta tierra como parte de sí mismos. La búsqueda de la excelencia, sumada a una visión honesta y coherente del vino, ha permitido que los Albariños de Pazos de Lusco se sitúen entre los más distintivos de la Denominación de Origen Rías Baixas, conservando el alma de los grandes vinos de siempre con una proyección global sólida y en constante crecimiento.

Actualmente, gran parte de su producción se exporta a más de 25 países, entre ellos Estados Unidos, Australia, Japón y Canadá, llevando consigo el carácter único de Galicia. Pazos de Lusco no es solo una bodega: es un homenaje a la tierra, a la cultura del vino y al arte de hacer las cosas con alma y verdad.

Pazos de Lusco, el sabor sereno de Galicia.