COLECCIÓN TÍO PEPE FINOS PALMAS: LA ELEGANCIA Y EL SABER HACER DE JEREZ
Presencia, elegancia y excepcionalidad definen la nueva Saca 2025 de la Colección Tío Pepe Finos Palmas, la última novedad enológica de González Byass. Cada noviembre, estos vinos revelan la esencia más pura de Jerez, mostrando la maestría, la tradición y el liderazgo de la bodega en la crianza biológica.
Los Palmas son denominaciones que, como define Manuel María González-Gordon en el libro “Jerez-Xerez-Sherry”, se aplican a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma. El número de palmas es proporcional a su grado de vejez. Estos vinos son el resultado de la labor de selección y clasificación por tiempo de envejecimiento y finura de los mejores finos y es una práctica que se viene llevando a cabo, en las bodegas de Jerez de González Byass, desde el año 1880.
La Colección Tío Pepe Finos Palmas 2025 reúne cuatro vinos que reflejan el resultado de un meticuloso trabajo en las bodegas de Jerez de González Byass. Esta labor ha sido dirigida por el enólogo y master blender Antonio Flores con la ayuda de su hija Silvia. Como es habitual, la selección de los Palmas ha estado marcada por las condiciones climatológicas del año. Los contrastes extremos, con un verano especialmente cálido y un invierno y primavera decisivos, han contribuido a la singularidad y excelencia de esta saca.
Una Palma
Fino de raza que procede de las botas n.º 30, 31, 79 y 80 de la Gran Bodega Tío Pepe. Tras 6 años de crianza bajo un intenso manto blanco de flor, Una Palma adquiere las notas típicas de la crianza biológica: frutos secos, matices de panadería, toques de talco y un final sápido muy agradable. Esta referencia marida a la perfección con armonías clásicas como jamón ibérico, mariscos, adobos, ceviches y arroces de mar.
Dos Palmas
Fino sublime de larga crianza que muestra el equilibrio perfecto entre suelo y velo. Las botas n.º 25 y 75 han sido las escogidas de entre las 148 que componen esta solera que envejece en la segunda planta de la Gran Bodega Tío Pepe. Viejo y sabio, en nariz es intenso, destacando los aromas punzantes del acetaldehído y las notas sutiles de flores marchitas, y en boca resulta potente, largo, estructurado, sabroso y salino. Con 8 años de crianza, Dos Palmas es el perfecto acompañante de platos ácidos, aliños y productos frescos a la plancha, así como quesos y embutidos ligeros.
Tres Palmas
Fino Amontillado donde la crianza biológica llega al límite entre la vida y la muerte tras 10 años de envejecimiento. Solo una bota, la n.º 23, ha sido seleccionada de entre las 149 de la solera Amontillado Fino histórica de La Constancia. El atún rojo de almadraba, los guisos tradicionales, quesos curados y chacina, así como la comida asiática y especiada, se ven realzados con Tres Palmas. Esta bota marca la delgada línea que separa la crianza biológica de la oxidativa, aportando ligeros y elegantes aromas amaderados, con un final cremoso, sápido y salino.
Cuatro Palmas
Un vino de pañuelo, el perfume de Jerez. El tiempo y la bodega han moldeado su esencia hasta alcanzar la perfección en este Amontillado Viejísimo. Tío Pepe Cuatro Palmas procede de una sola bota, la n.º 4, que envejece en La Constancia Solera Museo. Este amontillado nos muestra la capacidad de la albariza y de la uva Palomino Fino para envejecer 53 años con elegancia y nobleza, ofreciendo un vino imponente, profundo y rotundo que no necesita nada más que tiempo para su disfrute.