Por favor, indícanos en qué región estás para que podamos mostrarte contenidos específicos.

Santi Rivas winelover deja todo o deja el vino

“Me gustaría compartir un vino con Jesucristo y con Messi”

Publicada el

Santiago Rivas fue bautizado con un vino francés en una playa de Almería y, desde ese momento, su vida quedó predestinada. Años más tarde, abandonó su profesión de financiero para dedicarse a beber vinos y a hablar de ellos. Hoy es una gran “winestar” de las redes sociales que gana concursos de cata a ciegas y propone un lenguaje diferente en la divulgación del vino.

Su primer libro se titula “Deja todo o deja el vino”, un ejercicio de descaro y conocimiento desde el que presenta su particular visión sobre la sociología del mundo del vino. Nos cita en Lavinia (Madrid), rodeados de buenos vinos, para charlar sobre su gran momento.

Santi Rivas winelover deja todo o deja el vino

Santiago Rivas en Lavinia. 

 

•¿Qué has dejado para quedarte solo con el vino?

Todo. Para mí el mundo del vino es una obsesión.

•¿Cuál fue el vino que te enganchó?

El primero que probé, Morgon Beaujolais 1993, de Marcel Lapierre. Era una tarde de playa en Roquetas de Mar (Almería). En agosto de 1996.

•¿Cuál es la génesis de su libro “Deja todo o deja el vino”?

En el confinamiento me dediqué a hacer directos en Instagram en los que cada día entrevistaba a un personaje del mundo del vino. Esto provocó una broma recurrente que señalaba a la cantidad de divulgadores del vino mediocres que tienen un libro, hasta que surgió la pregunta: ¿éste tiene un libro y yo no?

Después, mi amigo Rodrigo Varona, que tiene la editorial Muddy Waters Books, me dijo: “no sé si estás de cachondeo o no, pero si quieres hacer un libro, aquí estamos”.

Santi Rivas winelover Libro deja todo o deja el vino

•¿Y cómo ha sido ese proceso?

Primero quería hacerlo solo de los “13 vinos que me jodieron la vida”, pero cuando terminé de escribirlo, me di cuenta de que mi vida no era tan interesante como para publicar un libro, así que se quedó como el primer capítulo. Tras dejar mi ego destruido por la realidad, escribí sobre los diferentes perfiles de winelovers que he conocido en mi vida y lo que llamo: “el vino en la sociedad del espectáculo”.

•¿A qué te refieres con ese término?

En el mundo del vino ha entrado un consumo intelectualizado, en una sociedad en la que la ideología está muerta, porque la idea de plasmar tu ideología es consumiendo. Es horrible, pero es así.

Si alguien solo bebe Riberas del Duero o solo bebe vinos naturales, y lo sube a Instagram, te digo yo a qué partido político votan. Igual que sé qué quieren decir si solo subes etiquetas caras y obvias o etiquetas caras de culto. Este tipo de consumo se ha generalizado y está provocando un cambio de paradigma, hasta el punto de que ese consumidor iniciado está sujetando la industria y es al que llamo espectacular.

 

“El vino hoy es el nuevo ¿qué me pongo?”

 

•Utilizas un lenguaje directo y provocador, ¿has ganado más amigos o enemigos?

El vino siempre ha reflejado estatus, “yo bebo caro y tú no”. Es así desde Roma. Pero ahora la manera de relacionarse es intelectual. El vino hoy, es el nuevo “¿qué me pongo?”. Pero es verdad que hacer una wineparty genera muchas tensiones, dependiendo del vino que traigas –por muy caro que sea- pasas a o no pasas a mi casa. La mayoría hace el ridículo y es en lo que me fijo en el libro para analizar los diferentes perfiles.

Finalmente, diré que el sector, o ciertas personas del sector, son tan egocéntricas y soberbias que no se dan cuenta de que estoy hablando mal de ellos. Hay gente que he puesto a parir y me ha felicitado por el libro. Así que no, creo que no tengo más enemigos.

•¿Eres consciente de la renovación que supone tu irrupción en el sector?

No. Eso no deja de ser una contextualización. Yo nunca he tenido un plan. Hago cosas y suceden cosas. Hablo de vinazos o “pepinos”, como me gusta llamarlos, de contenidos reales y entretenimiento. Porque al final, todos competimos contra Netflix para llamar la atención sobre nuestro nicho.

 

“Ser un winelover va de abrir botellas como si no hubiera un mañana”

 

Santi Rivas winelover deja todo o deja el vino

•¿Cómo puedo ser considerado un winelover?

Para saber de vino hay que beber vino. Leer y formarte está bien, pero esto va de abrir botellas como si no hubiera un mañana.

La clave es comenzar a beber -también vale asistir a los salones de vino donde probar “pepinos” gratis- y de granjearte una serie de amistades que participen de esto para compartir la pasión.

 

Un consumidor iniciado no bebe variedades que no sean autóctonas”

 

•¿Qué te falta por descubrir?

La moraleja del libro es que hay un cambio de paradigma espectacular o estético que va a acabar por contaminar a todas las bodegas. Un consumidor iniciado no bebe variedades que no sean autóctonas. Para beber una Cabernet Sauvignon, bebo un vino francés antes que uno español. Queremos “autoctonismo”, lo que yo llamo “xenofobia ampelográfica” (ciencia botánica que identifica las vides y sus variedades). Eso buscamos y las bodegas españolas tienen que darse cuenta de esto o no sobrevivirán.

•Dos personajes históricos con los que te gustaría tomarte un vino.

Jesucristo y Leo Messi. El primero, para contarle la que ha liado y abriría con él un vino natural, el Marcel Lapierre. Y para charlas con Messi compartiría un vino argentino.

•¿Estás escribiendo tu segundo libro?

Sí y será sobre los “vinos gentrificados”. 

•Explícate.

Hay tres maneras de que un vino sea caro. Las dos primeras son de toda la vida: un vino es caro porque es caro, está en su ADN y siempre ha sido caro. Además, están los vinos que, siendo asequibles, se vuelven caros porque los guardas durante años. Y la novedad, la tercera razón, es que el “wineloverismo” está provocando la gentrificación de vinos, que hace que desaparezcan los vinos para los que no tienen dinero. Actualmente hay muchos vinos que si no optas a él de saque -por cupos- ya es muy difícil que lo encuentres o lo puedas comprar en el mercado secundario –tienda o restaurante. La buena noticia es que esto también provoca que, cuando ya no accedes a un vino, busques otro y así descubres una nueva región o un nuevo productor. Por ejemplo, ahora están de moda las Pinot Noir alemanas, simplemente, porque las de Borgoña ya no las podemos pagar.

•Describe el cielo para un winelover.

Referencias de culto y buenas copas. 

•Tu mejor momento como winelover.

Cuando quedé tercero en el campeonato de cata por parejas de Vila Viniteca (hasta este momento la gente me conocía como “el teleñeco del vino” y no me tomaban en serio). Y también, cuando gané el campeonato de España de catas a ciegas.

•Quiero ser winelover, ¿por dónde comienzo?

Comprando un vino. El que sea. Y después, a compartir.

•¿Si no fueras winelover, qué serías?

Ni idea, me suicidaría.

 

Agradecimientos a Lavinia. Calle Ortega y Gasset, 16. Madrid.

Back to top